Vulgaris e Incredibilis

Cuando llegó Juande al Madrid, los que le contrataron le pidieron una única cosa: dar alcance al Barça. Esto es, ya de inicio partía por detrás, y no en igualdad de condiciones como hubiera sido desde la primera jornada.

Hay que reconocer que de una manera u otra, con onces “políticamente correctos” que no son la mejor de las opciones, con cambios bastante heavies difíciles de explicar, y con muchas lesiones y sanciones de sus jugadores por el camino, ha conseguido lograr una cantidad de puntos increíble. Hay que reconocer que ha logrado una cantidad de puntos digna de un equipo campeón. ¿El problema? Que a pesar de ello, el Barcelona también, y ha continuado manteniendo cierta distancia.

Juande a pesar de todos los intentos no logra darle caza. Ya son muchas semanas pensando que el Barça pinchará, y finalmente no pincha. Ya son muchas semanas a 12, 10, 8 y 6 puntos. Y esta persecución tan en balde recuerda a la que realizaba, también con poco éxito, el Coyote sobre el Correcaminos. Pero lo más curioso de todo es que el parecido no queda ahí, en la simple persecución infructuosa.

Allá por el año 1952 se estrenaba en exclusiva el tercer corto de estos dibujos que seguro todos nosotros habremos visto en la infancia. En dicho episodio, como en casi todos, detenían la escena de la persecución para presentar los personajes al público, mediante supuestos nombres científicos. Aquél día fueron: Vulgaris e Incredibilis.

Pues Vulgaris e Incredibilis son los nombres científicos más ideales para definir el juego de uno y otro.

Esa es la verdad. La verdad es que el Barça gana, humilla, baila y golea al 3º de la Liga BBVA, el mejor Sevilla de toda la historia, por cierto, al menos en cuanto a puntuación; mientras que el Madrid es humillado y bailado por el 16º de la Liga BBVA, uno de los peores Getafes que se recuerdan en los últimos años, contra el que por cierto se sufre para ganar en el último minuto.

Esa es la realidad. La triste realidad para los madridistas. Sin embargo muchos de éstos aún se escudan en que esta misma persecución ya se dio hace dos años y argumentan que se da el mismo guión. Pero están equivocados. No hay un guión, sino dos a tener en cuenta. El que sigue el Madrid y el que sigue el Barça.

Desde luego el Madrid sí repite el mismo guión. Sólo le queda la casta, el corazón, el clavo ardiendo, el milagro del Pipita o del que pase por ahí, el espíritu de Roncero, que no el de Juanito (ese es reservado para noches europeas). Pero el Barça no repite guión. Aquél año vimos un Barça que fue de más a menos y que tenía guerras internas. Hoy el Barça no va a menos, sino cada día, aunque parezca mentira, a más, y hoy el Barça es una auténtica piña. Sólo hay que ver como celebran Puyol, Busquets y Pinto (suplentes ayer) el segundo gol del Barça.

Analicémoslo fríamente. ¿No hubiera sido mejor un 2-3? ¿No sería mejor que la prensa, manipuladora y creadora de teorías y ciclos, en vez de hablar hoy de milagros que no conducen a nada, hablara de cambio de ciclo y de limpia de establos? ¿No sería mejor acelerar la rehabilitación de este enfermo llamado Real Madrid? ¿No sería mejor que las cabezas pensantes de AS y MARCA se hubiesen levantando hoy exigiendo la extirpación de todos los cánceres que hoy tiene el club? Porque no se engañen, la consecución de un título liguero frena todo.

Un genial y valiente centrocampista (y mal imitador de Panenka) que falló en el momento más inoportuno de toda su carrera lo único que ha logrado es que los periodistas sigan alimentando el ego de los muchos madridistas que hoy siguen con una venda puesta en los ojos.