Son muchos años ya escuchando las mismas leyendas de siempre:
- España no tiene estilo como sí tiene Alemania, Italia o Brasil.
- España no sabe competir.
- España no tiene condición física de base.
- En España somos demasiado bajitos.
- España caerá en cuartos, como siempre.
- España la pifiará.
- España no tiene figuras, o no tiene más de una.
- España tiene buena defensa y mala delantera o viceversa
- Arconada, Salinas, Zubizarreta, Raúl… el gafe continuará.
- España sólo gana en las inferiores porque los jugadores luego se creen lo que no son.
- España necesita más jugadores españoles en los clubes de España, para tener más donde elegir y por tanto mejores (!!)
- España necesita más jugadores españoles en los clubes extranjeros, para que aprendan a competir, como los brasileños, los argentinos o los franceses.
- España nunca ganará una Eurocopa o un Mundial.
Pues bien, ayer 29 de junio de 2008, derribamos, hundimos y desbaratamos todas esas leyendas. Ayer las enterramos para siempre. Ayer las metimos en una botella, cerramos la botella, la metimos en un baúl, le pusimos candado, y lo metimos en un barco, el más lujoso de todos, para que choque contra un Iceberg, y éste se hunda en el fondo del océano. Nunca más, jamás de los jamases, sentiremos la necesidad de acordarnos de esas mentiras que cual leyendas nos habíamos empezado a creer como verdades inexorables, ineludibles e irremediables.
Porque ayer, 29 de junio de 2008, nació el mito, el hecho maravilloso protagonizado por sabios, santos, hobbits y un puñado de futbolistas sobrehumanos, capaces de ahuyentar fantasmas, capaces de derribar gigantes, capaces de cambiar la historia.
