Iniciaba la temporada el Real Madrid con 24 jugadores dispuestos sobre el terreno de juego de la siguiente manera:

Por aquél entonces lo llamábamos el 4-3-3 asimétrico, con una línea de 4 etiquetada como “la mejor del mundo” por Bernd Schuster, con una línea de centrocampistas que fue la única reforzada del equipo (4 millones por Javier, 4’7 por Rubén y 15 por Rafael), y con una línea de ataque donde sólo había una banda fuerte, aquella en la que estuviera un extremo holandés, generalmente la izquierda. Una plantilla mejorable, sí, pero aceptable también. Le faltaba un plus para competir a nivel europeo, mas seguía siendo el favorito en Liga, con un eterno rival que comenzaba proyecto y estaba en pañales.
Hoy, 18 partidos después (entre Supercopa, Liga, Champions League y Copa del Rey) la realidad es bien distinta. El eterno rival ya no gatea, sino que anda con paso firme; y el club blanco es hoy el que está en pañales. Las lesiones son algo incontrolable, o por lo menos no controlables al 100%. Inevitables y fatales. El Real Madrid hoy es una víctima de las circunstancias. Las lesiones de, a día de hoy, Pepe, Metzelder, Diarrá, de la Red, Robben y Van Nistelrooy, no estaban escritas en el guión de Bernd Schuster.
Y ahora las sensaciones que produce este Real Madrid son las de una platilla corta y rota, con poca calidad y menos trabajo táctico. Eliminados por un 2ª B en Copa del Rey, derrotados por partida doble en Europa ante una de las Juventus menos fuertes de la última década, y siendo el 5º equipo que más goles encaja en Liga, muestra que este Real Madrid ha involucionado. Olvidada y enterrada está ya la Supercopa ganada con tan sólo nueve jugadores ante el Valencia. Hecho histórico.
Con este panorama, el cuento da paso a las dos soluciones más típicas y más veces vistas en este país. Echar al entrenador y fichar en invierno. Y de eso ya se ocupa la prensa. Baile de entrenadores y jugadores. Michel, Huntelaar, Portugal, Diego Milito, Laudrup, Hernán Crespo, Juande, Arshavín, Mancini, Keirrison, y un sinfín de más nombres de técnicos y jugadores.
En contra de la opinión de muchos, yo ahí no veo la solución. Ni en el fichaje de un entrenador ni en la contratación/cesión de un “nueve”. Bernd será antipático, arisco y enojoso, pero también un buen entrenador del que en otras ocasiones le hemos alabado por sus buenas lecturas de partidos; y, si hay alguien que puede cambiar la situación es sin duda él, y no alguien que no conozca lo que hay dentro. Y gol sin Ruud no faltará. El Real Madrid ha demostrado tanto el año pasado como éste que sabe vivir sin su delantero más eficiente. Siete goles al Valladolid, tres al Sevilla y tres (de cuatro) al Barça el año pasado, y siete al Sporting, cuatro al Málaga y cuatro al Irún esta temporada. El mal del equipo no está arriba. El Madrid sigue y seguirá teniendo pegada.
La solución que yo veo es la variante táctica. De los seis lesionados anteriormente comentados, los más vitales son los de la columna vertebral (Pepe, Diarrá, de la Red y Ruud), pero el que provoca un cambio de sistema es Arjen. Sin él, al Real Madrid le queda un extremo (Drenthe), pero éste no marca las diferencias. Por tanto no tiene más ataque por banda que las incorporaciones de los laterales. Y si no tienes apenas jugadores de bandas, inviables son la mayoría de las tácticas: 4-4-2, 4-3-3, 4-2-3-1,… Sin juego por bandas, tu rival, que ya sabe como ganarte, sabrá también como atacarás. Por el centro. Y ese es el único clavo ardiendo al que puede agarrarse el Madrid, pues calidad no le falta y pegada tiene. Poblar el centro del campo con un centrocampista más. Buscar el toque y la posesión. Ganar la batalla del centro del campo. Juntar líneas… y matar el partido. Arriba ya llegará la pegada.

Esto es lo que hay. No hay más. Y así se ganó al Barça en el derby del pasillo, con Gago de mediocentro, Diarrá de interior derecho, Guti de mediapunta y Sneijder de interior izquierdo. Sólo nos queda rezar para que no se lesione más gente, para que los lesionados poco a poco vayan volviendo, y para que Gago, Guti, Sneijder y Rafael dominen su zona. Zona desde la cual empiezan prácticamente todos nuestros goles encajados. La solución no es fichar. La solución está en Schuster.